No podía dejar pasar la oportunidad de probar los taxis sin conductor, así que decidí subirme a uno de estos vehículos y, sinceramente, quedé impresionado con esta tecnología que promete transformar el futuro del transporte. Mi aventura tuvo lugar en San Francisco, donde cientos de vehículos autónomos, fácilmente reconocibles, recorren la ciudad. Se piden de la misma manera que un Uber o Lyft, pero llegan sin un conductor a bordo. ¡Así es, tal como lo leen!.
Usamos la plataforma de Waymo para solicitar el taxi, que ofrece instrucciones en varios idiomas. Todos los vehículos son de un elegante color blanco y, al llegar, noté un rotor giratorio en el techo con nuestras iniciales. Las puertas se abren solo desde tu móvil, y al entrar, el asiento del conductor estaba vacío. Mi esposa, aún incrédula, decidió no subirse.
El vehículo, un Jaguar, nos dio la bienvenida y nos recordó cerrar las puertas y abrocharnos el cinturón. Luego, nos dio algunas instrucciones mientras en la pantalla se mostraban opciones de música, temperatura y botones para detenernos o cambiar de dirección. Al iniciar la marcha, el coche respetó todos los límites de velocidad y señales de tránsito con una precisión y seguridad que dejaba en ridículo a cualquier conductor distraído.
Mi nieto de cinco años estaba completamente fascinado no paraba de repetir que teníamos un «chofer invisible». La verdad es que circular por las calles con el asiento del conductor vacío es una experiencia casi mágica. Estos vehículos están equipados con cámaras en el techo y a los lados. En un momento, el semáforo cambió, y como el coche de adelante no avanzaba, le tocó la bocina.
Desde que se pusieron en circulación en 2021 en algunas ciudades de EE.UU., estos coches han generado controversia, especialmente entre los sindicatos de choferes que temen por sus empleos. De hecho, ha habido incidentes, como colisiones con camiones de bomberos y entre ellos mismos, aunque curiosamente, las tasas de accidentes son bastante bajas.
Por si fuera poco, en Miami también puedes alquilar un Tesla que ofrece funciones semiautónomas. Programamos un viaje al aeropuerto, y el coche se encargó de todo, aunque en ocasiones pedía que tocáramos el volante para asegurarse de que estábamos atentos. Esperemos que esta sorprendente tecnología llegue pronto a nuestras ciudades… siempre y cuando “los dueños del país” lo permitan.