La creciente proporción de haitianas y descendientes que residen y que dan a luz en hospitales dominicanos ha sido objeto de debate y preocupación.
Esta tendencia parece aumentar año tras año, lo que ha intensificado los sentimientos xenofóbicos en algunos sectores de la población dominicana, quienes temen que esto sea el preludio de una eventual fusión de las dos naciones.
Un video ha alimentado la controversia, sugiriendo que la falta de programas de planificación familiar en Haití es parte de un plan para la fusión. Sin embargo, la realidad es que, en Haití, los programas de planificación familiar se suspendieron en 2018 cuando la administración Trump cortó subsidios por considerar que promovían el aborto. En contraste, en la República Dominicana se ofrecen estos programas, pero nunca son impuestos.
Desde 2015, el número de partos entre haitianas en el país se mantiene alrededor de 35,000 anuales, incluso durante la pandemia de COVID-19. Aunque se especula que autobuses de haitianas cruzan la frontera para dar a luz aquí, es difícil verificar esta afirmación debido a la falta de evidencia concreta. Además, surge la pregunta de la eficacia de las medidas fronterizas, como la construcción de un muro, si el problema persiste.
Se afirma que las parturientas haitianas consumen el 30% del presupuesto en salud, una cifra que parece exagerada. Tal vez sea el momento de que los grupos provida también contribuyan a reducir la mortalidad neonatal de estas mujeres, que también son parte de la humanidad.
A menudo se culpa a las Naciones Unidas y a la Comunidad Internacional de fomentar la fusión de los dos países, pero la realidad es que, por intervención de la ONU, no se ha permitido la entrada de ningún haitiano sin control en el país. Los haitianos llegan aquí en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida. Los economistas señalan que la inmigración ilegal a menudo beneficia a los contratistas al gobierno y a ti, por lo que esta migración probablemente continuará.
Para abordar esta situación de manera efectiva, es crucial implementar programas de planificación familiar dirigidos a las mujeres más vulnerables, que incluyen a muchas de las haitianas que viven aquí.
La colaboración de médicos dominicanos y haitianos en la frontera podría ser una forma de mejorar la planificación y atención para este grupo poblacional.